Últimamente veo bastantes personas de colores diferentes al de mi piel en la ciudad. No todos van con harapos y duermen a la intemperie, en un recodo de la autovía, pero otros sí. Incluso aquellos que van con una camiseta del Real Madrid, llaman mi atención. ¿Soy racista?
En esta comunidad de bitácoras, unos pisos más arriba, hace unos días que abrió su puerta una propuesta llamada Exploraciones multiculturales. Usando las bitácoras como herramienta de pensamiento colectivo quiere ahondar sobre el problema de la inmigración y del multiculturalismo:
«¿Podemos evitar la llegada de inmigrantes? ¿Queremos evitar la llegada de inmigrantes? ¿Podemos evitar que los inmigrantes que llegan se traigan su propia cultura? ¿Qué derechos sociales hacemos extensivos a los inmigrantes? ¿Hay culturas inmiscibles con la nuestra?»
El problema de la inmigración llamada 'ilegal', esconde tras el eufemismo muchas hipocresías. Pongamos el caso de la mezquita barcelonesa. En Premiá del Mar, los vecinos se oponen a la construcción de una mezquita, en terrenos que son propiedad de la comunidad musulmana. En una entrevista por televisión, se escuchaban argumentos tan sólidos como «Yo no soy racista, pero no quiero que construyan la mezquita aquí, porque entonces vendrán los inmigrantes ilegales a rezar al pueblo». Subrayar 'inmigrantes ilegales'.
El arzobispo de Barcelona opina que «no es un tema religioso, sino ciudadano porque no ha habido en ningún momento un enfrentamiento entre católicos y musulmanes» (¿la mezquita es un lugar para guateques, entonces?).
Otra hipocresía. Durante años, nos hemos cansado de ver en los informativos cómo el hambre y la guerra azotaban (y azotan) muchos países de África. Como consecuencia, no ha sido poca la financiación estatal a organizaciones no gubernamentales de todo tipo de colores. Sin embargo, cuando una minúscula parte de ese problema llega a nuestras fronteras, salta la alarma.
Provocando: El ser humano es racista. Racista de seres humanos, probablemente de neandertales y, sobre todo, racista de otras especies de animales. El hombre es violento. Y seguramente, somos en el fondo racistas y violentos por genética.
Proposición: El racismo es una enfermedad que se cura viajando.
Pregunta: ¿Realmente hay otro problema que no sea el del racismo en esta bola de nieve llamada inmigración ilegal?
Estoy de acuerdo contigo en lo que el ser humano, de forma innata, es racista y violento -no sólo eso; a tu comentario sobre la hipocresía, añadir que creo que el ser humano es también hipócrita por naturaleza-
A tu pregunta final, contestar con un dicho que dice algo como «Si le das la mano, te agarra el brazo entero»
La inmigración ilegal no es sólo un problema de racismo, sino también de miedo a perder "lo que es nuestro". Nuestra cultura, nuestro modo de vida. Todavía hay mucha gente que no acepta la multiculturalidad: La diversidad cultural -con todo lo que ello implica-
El ideal de 'raza pura', supongo que sigue predominando en muchos países. Países, por qué no, como España, donde hay cierto ¿Multiculturalismo?
Yo vivo en Premia de Mar y no me consideraba racista hasta ahora.
Los más racista de todos son los inmigrantes musulmanes, no tienen ninguna intención de adaptarse a su entorno, van sucios con su chilaba hasta los pies, son despotas, misogenos... La verdad es que cada vez me indigna más verlos. Son nocturnos es lamentable pasar a las 10 - 11 de la noche. En la esquina de Joan Prim con Pilar se ponen 15 o 20 musulmanes (como no, todo hombres) ha negociar con sustancias ilegales, beber alcohol en la calle....
Yo me averguenzo de mi población y de la mayoría de musulmanes que viven allí.
No puedo meterlos a todos en el mismo saco, porque siempre hay excepciones aunque son la minoría.