«De este autor, los libros que más me han gustado han sido la serie de La Fundación, donde la ciencia de la psicohistoria -predicciones matemáticas del futuro de las sociedades- juega un papel esencial. El tablero de esta intriga abarca una extensión de tiempo enorme. Pero los cerebros positrónicos y las naves hiperlumínicas parecen esencialmente las mismas, o cambian muy poco. En nuestros días, sin embargo, aunque los cambios nos parecen lentos, van a ritmo vertiginoso: la genética, la física, las telecomunicaciones... están transformado las sociedades, y es de esperar que lo hagan aún más en las próximas décadas. Asuntos tan profundos como la inmortalidad, por ejemplo, no parecen lejos de plantearse. Y la reflexión era ¿refleja bien la ficción este ritmo de cambios? ¿Se detendrá, o desacelerará, en algún momento? »
Pues parece que sí, pero hay que leer los libros adecuados. Es precisamente el caso de El otoño, que está plagado de diferencias tecnológicas. Civilizaciones con diferentes estados de desarrollo, que avanzan en sus conocimientos y (nano)tecnologías. En el futuro lejano, la inmortalidad está al alcance de todos, y podemos hacernos copias de seguridad, o morir después de una vida de varios milenios si así lo deseamos. La historia se divide en dos tramas que confluyen al final del relato. Confieso que tardé en engancharme, pero los acontecimientos finales me atraparon completamente, ya que están relacionados con conceptos astronómicos: el universo acelerado, el invierno cósmico, los múltiples universos... Estupendas tracas finales. El libro, por cierto, me lo regaló uno de sus autores, Pedro: ¿no amenazaban con repetir y publicar otra novela? Están tardando ;)
El segundo libro es Tío Petros y la conjetura de Goldbach, de Apostolos Doxiadis. ¡Impresionante! He leído pocos libros que con tan poco texto hagan tan buena divulgación, y menos aún de un campo tradicionalmente tan poco popular como las matemáticas. Quiero advertir que no es divulgación al uso, donde se nos expliquen claramente los conceptos, sino más bien un relato que empuja irrefrenablemente al lector a ampliarlos. Por tomar referencias más conocidas, el libro es una mezcla de Una mente maravillosa (¿se habrán inspirado en este relato para hacerla?) y Criptonomicón (personajes ficticios pasean de la mano de personalidades conocidas). La historia es la de un adolescente griego que se propone desentrañar el misterio de su tío Petros, la oveja negra de la familia. El chaval descubre que Petros fue un prometedor matemático que dedicó su vida a resolver, sin aparente éxito, la conjetura de Goldbach, según el libro, uno de los tres grandes enigmas de la matemática, aunque el Teorema de Fermat ya fue resuelto por Andrew Wiles. Por el relato, y por la vida del tío Petros, pasan los grandes matemáticos de mediados del siglo XX. Que el profano no tenga miedo a leer este libro porque apenas sí hay fórmulas y los problemas se explican con claridad transparente. Doxiadisr es matemático y me sorprendió gratamente el astuto manejo de la psicología de los personajes. Absolutamente recomendable, y un regalo de lujo para los chavales de 13-15 años con mentes despiertas.
Yo también coincido en que Tio Petros es una maravilla, si te ha gustado es posible que también disfrutes mucho El teorema del loro de Denis Guedj, una especie de El mundo de Sofía con trasfondo matemático.
Hola, soy Elina de Argentina,hace tiempo que busco "El tío Petros y la ...." y no lo consigo en las librerías. Alguien sabe donde está en Buenos Aires?
Gracias.