Seguimos con la serie de recientes descubrimientos astronómicos hechos con materiales de bajo coste. En la anterior historia relataba cómo astrónomos profesionales habían utilizado unas cámaras digitales y unos teleobjetivos fotográficos para descubrir la contrapartida óptica de una explosión de rayos gamma. No han sido los únicos. En 1997 se realizó un descubrimiento sorprendente desde el Observatorio del Roque de los Muchachos, en la isla canaria de La Palma. Durante marzo y abril de ese año, el cometa Hale-Bopp tenía su máxima aproximación a la Tierra (y al interior del Sistema Solar).
El cometa Hale-Bopp fue descubierto, visualmente, mediante telescopios modestos en julio de 1995 por Alan Hale y Thomas Bopp, dos astrónomos aficionados estadounidenses que de forma independiente observaron al nuevo cometa mientras observaban al cúmulo globular M70. Lo que rápidamente llamó la atención fue que el movimiento del cometa: apenas se movía, lo que quería decir es que estaba lejos. Cuando con otras medidas de posición se refinó su trayectoria, resultó estar entre las órbitas de ¡Júpiter y Saturno! Los cometas suelen hacerse brillantes solo cuando están muy cerca del Sol, cerca de la órbita de Marte. Al seguir su evolución durante los meses siguientes quedó claro que no se trataba de una explosión momentánea de brillo del núcleo del cometa, sino que éste era intrínsecamente grande. Las efemérides prometían un gran espectáculo para marzo de 1997, cuando tendría su máximo acercamiento al interior del Sistema Solar, y así fue.
Millones de personas en todo el mundo dirigieron sus miradas al cielo para observar a simple vista al Hale-Bopp, que fue casi 100 más brillante que el Halley diez años atrás. El núcleo del cometa aparecía condensado, y las fotografías hechas por aficionados mostraban dos bonitas colas, la azulada de iones y la blanquecina de polvo.
Mientras tanto, en el Observatorio del Roque de los Muchachos, Don Pollaco (del Grupo de Telescopios Isaac Newton) puso en marcha la CoCAM, una cámara digital de 2220 x 1180 pixeles, sobre una montura motorizada (de telescopio de aficionado) acoplada a un objetivo fotográfico de 35mm para realizar mediciones de brillo y mostrar las imágenes del cometa en Internet. Además, utilizaron un filtro especial que mostró el descubrimiento de una inédita tercera cola compuesta de sodio. La cola, muy diferente a las otras dos, poseía una dirección similar -pero no igual- a la cola iónica y tenía 600.000 km de ancho y 50 millones de km de largo. Posteriores estudios sugieren que el cometa Hale-Bopp mostró dos colas de sodio, la segunda superimpuesta a la cola de polvo. El mecanismo exacto que genera estas colas de sodio aún no está claro.
En el año 2000, se celebró el I Congreso Internacional sobre el Hale-Bopp en Tenerife, organizado por el Instituto de Astrofísica de Canarias. Me pude escapar un día y tuve la suerte de conocer a algunos semi-profesionales españoles del Observatorio Astronómico de Mallorca, a quienes se reconoció su trabajo por realizar uno de los mejores seguimientos de la evolución del cometa. Y, cómo no, por allí estaban Alan Hale y Thomas Bopp, los descubridores. De recuerdo me llevé un libro, escrito por Hale, y autografiado por los dos.
Para ver de nuevo el Hale-Bopp tendremos que esperar nada menos que 2500 años, aunque algunos grandes telescopios han sido capaces de tomar imágenes, caso del VLT (ESO) en 2001.
Continuaremos otro día con más casos de astronomía puntera con instrumental de bajo coste.
Leo tus articulos "Astronomía puntera de bajo coste "
y recuerdo a Don en la puerta del WHT moviendo "a mano" el
tripode donde tenía puesta el objetivo de su canon (creo) el cual
lo había unido a una de las "neveras" de nitrogeno de las cámaras
del Wht. Todo muy, muy artesanal.
Una de esas noches estuvimos "alegando" un rato y me contaba
lo que hacía. Ni por asomo esperaba encontrar lo que
encontro
¡ Que tiempos aquellos!