El Universo como nunca lo has visto
«Es un acontecimiento celestial. No hay palabras... no hay palabras... para describirlo. Debían haber enviado a un poeta. Es tan hermoso. ¡Es tan hermoso!». Estas son las palabras de Elleanor Arroway en 'Contacto', la película basada en una novela de Carl Sagan, cuando la científica observa el centro de nuestra galaxia, en su viaje hacia el primer contacto con una civilización extratrerrestre.
Acompañando estas líneas se pueden ver fotografías obtenidas en su mayor parte por los telescopios VLT del Observatorio Austral Europeo (ESO), imágenes que los científicos usan para desentrañar misterios no resueltos, para afinar sus teorías sobre el origen y evolución de planetas, estrellas y galaxias. Teorías repletas de ecuaciones, números, e incógnitas. Y sin embargo, esas mismas imágenes, también son poesía en estado puro. Ciencia y poesía, dos en uno.
El VLT está situado en Cerro Paranal, en el desierto de Atacama, Chile. Es uno de los mejores lugares del Hemisferio Sur para observar el cielo, por su buena calidad atmosférica. El consorcio europeo ESO ha situado allí el Very Large Telescope, que se compone de cuatro grandes telescopios gemelos de 8 metros de diámetro. Aunque gemelos, los telescopios no poseen exactamente la misma instrumentación. Se les instala cámaras especializadas para realizar una gama de trabajos científicos amplia.
Las fotografías astronómicas que nos envían el Hubble, la sonda Cassini o el VLT, no están realizadas con emulsiones fotográficas tradicionales. El problema de las emulsiones es que desperdician mucha luz, y se requieren exposiciones de muchas horas para obtener una imagen de los débiles objetos distantes. En su lugar, se usan cámaras digitales, similares a las de las cámaras de vídeo doméstico. Las cámaras digitales son muy eficientes y recogen casi más del 90% de la luz que llega al chip. Sin embargo, las imágenes así obtenidas son en blanco y negro, sin "color". Para obtener las imágenes en color que vemos, los astrofísicos obtienen tomas mediante tres filtros diferentes (que hacen las veces de rojo, verde y azul) y las combinan con programas de ordenador. Esta técnica, utilizada también en la fotografía tradicional, se denomina tricomía.
Sin embargo, hacer fotografía astronómica, a nivel de aficionado y sin telescopio, es fácil y barato. Para ello necesitamos un cielo oscuro, un trípode, un cable disparador, una cámara manual y un cable disparador. Las cámaras automáticas (al menos, las de poco presupuesto) no permiten hacer exposiciones prolongadas. Sin embargo, las manuales, sí. Para controlar el tiempo de exposición usamos el cable disparador. Así que hacer una foto del cielo es tan simple como enfocar la cámara hacia el infinito y hacer exposiciones desde 1 minuto a horas, según queramos. Lo mejor es experimentar, tanto con diferentes tiempos de exposición, como con películas de distinta sensibilidad: 100, 400 y 1600 ASA. ¡Suerte!
Todos estos mundos son vuestros...
Si en verdad algún Dave Bowman hubiera llegado a lomos de una 'Discovery' al planeta gigante durante el año 2001, tal y como sucede en la conocida película de Kubrick «Una odisea espacial», habría disfrutado de este preciso paisaje. Pero en lugar de personas hibernadas y ordenadores asesinos, la NASA y la ESA enviaron allí a la sonda Cassini-Huygens. De paso hacia Saturno, el ingenio capturó esta imagen del satélite Io sobre el tapiz atmosférico de Júpiter, el 1 de enero de 2001. Cerca de Io, en el satélite Europa, desde donde podríamos también obtener esta postal, los científicos especulan con la posibilidad de la existencia de vida primitiva en oscuros océanos internos. Pero eso, es otra odisea.
Glóbulos blancos
¿No tiene tiempo para nada? ¿Quisiera mudarse a algún sistema en el que el día sea eterno? Tome nota de NGC 1850, situado en la Gran Nube de Magallanes, con estupendas vistas a la Vía Láctea. Los cúmulos globulares como éste son apiñamientos estelares de miles de soles. El cúmulo principal se creó hace 40 millones de años, mucho después de que los dinosaurios desaparecieran de nuestro planeta. El otro pequeño cúmulo globular, situado a la derecha del principal, apareció un poco después, hace 20 millones de años. La gran nebulosa roja que los envuelve es lo poco que queda del material con el que se ha 'construido' el cúmulo. Y finalmente, la pequeña nebulosa situada arriba a la izquierda, son gases arrojados al espacio por una explosión de supernova. Sin lugar a dudas, un lugar muy movido. No recomendado para seres estresados.
Halterofilia interestelar
En una cálida noche del verano de 1764, un francés llamado Charles Messier, de profesión cazador de cometas, anotó en su cuaderno de observaciones: «Nebulosa sin estrella, descubierta en Vulpécula [...] Parece de forma oval y no contiene estrellas». Pero se equivocaba el cazacometas. Se equivocaba. En el siglo XX los astrónomos concluyeron que la nebulosa Messier-27 es en realidad una burbuja de gases que están siendo lanzados al espacio por una estrella moribunda, que podemos ver en el centro de la imagen. Esta nebulosa es visible gracias a la energía ultravioleta que emite la propia estrella: el color rojo es emitido por el hidrógeno y el verde por el oxígeno. M27 es también conocida con el sobrenombre de "Dumbbell", que significa "pesa de halterofilia", en referencia a su apariencia. Como toda estrella mediocre, nuestro Sol acabará sus días de la misma forma, dentro de unos pocos miles de millones de años.
El corcel indomable
La Nebulosa Cabeza de Caballo es uno de los ejemplos más conocidos de los juegos de luces y sombras que se ven en el cielo. Y en el caso que nos ocupa, se dan cita varios protagonistas. En el papel de actriz principal, el de la Cabeza, está la nebulosa oscura y fría, que es la que más cerca está de nosotros. De actriz secundaria, otra nebulosa, que con vestimenta rosada, sirve de fondo luminoso para constrastar la silueta de la Cabeza. Y como actrices de reparto, que en realidad llevan todo el peso de la escena, hay varias estrellas muy brillantes y jóvenes, cuya energía ilumina la nebulosa rosada. No hay que caer en la trampa de ver esta imagen como una fotografía, sino como un fotograma de una película, en la que esa energía emitida, a modo de viento, está barriendo las dos nebulosas, y por el camino, creando nuevas estrellas por colapso de materia. La casualidad ha hecho que, justo en este eón, veamos el conjunto como una cabeza de caballo.
Complejo de camaleón
Algunas nebulosas adoptan el color de su entorno. Cual camaleón. ¿De qué forma? En condiciones naturales, una nebulosa es fría y oscura. Al igual que un planeta, para que una nebulosa sea visible, debe haber estrellas en sus cercanías. Las nebulosas de esta fotografía están compuestas de polvo, tornándose ahora azules, ahora verdes, ahora rojas, según de qué estrella circundante refleje la luz. Como camaleones. ¿Qué nos dice el color de una estrella? Principalmente, su temperatura. Las estrellas rojas son frías y las azules, muy calientes. Las estrellas azules, suelen vivir rápido y hacer un bonito cádaver: en forma de supernova. La región estelar de la fotografía es conocida como el Complejo Camaleón I.
Cómo convertirse en una estrella
«Casting "Operación Galáctica". Se requieren glóbulos de Bok, en equilibrio inestable, para programa estelar de máxima audiencia. Ganadores, lanzarán disco protoplanetario». La nebulosa negra que vemos en la fotografía, llamado "glóbulo de Bok", es como un huevo de cuyo interior nacerá una estrella. El glóbulo es una nebulosa de gas y polvo, que en su núcleo está reuniendo material. Cuando se reúna el suficiente, la presión y temperatura reinante serán tan altas que se desencadenará una fusión nuclear: y en ese momento, habrá nacido la estrella, cuya energía hará desvanecer al "cascarón". Antes, si las condiciones son óptimas, los residuos podrían crear un disco del que se formaran planetas. Esta es también la apasionante historia que hace 4500 millones de años un pequeño glóbulo de Bok protagonizó al crear lo que hoy conocemos como Sistema Solar.
Fuentes luminosas
Si el replicante Roy Batty de «Blade Runner» vio atacar naves más allá de Orión, tuvo que pasar cerca de HH-34, que está situado en la Gran Nebulosa de la misma constelación. Este objeto es en realidad una estrella aún en sus primeros y titubeantes estadios de vida. De forma periódica, se sucede un violenta expulsión de materia la protoestrella. De un disco que rodea a la estrella, cuando cae material hacia ella, éste es súbitamenet lanzando a 250 kilómetros por segundo, y formando el jet que vemos en la fotografía. La Nebulosa de Orión está situada a 1500 años luz de la Tierra, y es una gran nube de gas donde se están formando cientos de estrellas, en algunas de las cuales se esperan detectar discos protoplanetarios.
La Gran Explosión
Julio de 1054. En China, los astrólogos de la corte, con mucha preocupación por sus cabezas, registran la aparición de una nueva estrella en los cielos, tan brillante como la Luna y que se ve incluso a plena luz del día. Simultáneamente, al otro lado del Pacífico, nativos de Arizona dibujan en una cavidad una representación de la estrella y la luna menguante que la acompaña durante el amanecer. Es la Supernova de 1054, una explosión cataclísmica de una estrella que tenía diez veces la masa de nuestro Sol ocurrida a 7000 años luz. ¡Afortunadamente! De haber ocurrido a menos de 50 años luz, los rayos gamma y X habrían esterilizado nuestro planeta de toda vida. De este suceso no se supo más, hasta que en 1731 el inglés John Bevis observó los restos de la estrella, la Nebulosa del Cangrejo, que el francés Charles Messier catalogó con el número 1 en su lista de objetos difusos. De la estrella original sólo ha quedado su núcleo en forma de estrella de neutrones.
En una galaxia muy muy distante...
En la constelación de Virgo, situada a 50 millones de años luz, brilla una pequeña galaxia con forma de sombrero mexicano, compuesta por cien millones de soles y un disco. Catalogada como M-104, la galaxia está rodeada por un denso disco compuesto por polvo, gases y estrellas. El color amarillento del centro galáctico indica que las estrellas que aloja son de mediada edad. Vista la fotografía con atención, se pueden descubrir una buena cantidad de cúmulos globulares alrededor de la galaxia. Las estrellas indiduales que pueblan la fotografía están situadas en nuestra propia galaxia, la Vía Láctea. Pero, si estamos atentos, podemos descubrir que también hay algunas otras pequeñas galaxias, muchísimo más lejanas que M-104, adornando el fondo estelar de la imagen.
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