Ay qué suerte y qué envidia... Aquí, en Pamplona, por supuesto hizo una noche nublada con algún claro para joder más aún, creando falsas expectativas.
Las únicas perseidas las pude ver hace una semana en una clara noche de Kansas, mientras estaba en un drive-in y he de constatar también una bastante brillante (sin estimación) que permaneció más de 15 segundos (o así) sobre nuestras cabezas. Pero nadie más que yo estaba mirando el cielo, porque en los cines la gente va a mirar la pantalla.
A ver si para las Leónidas me invitas por tu tierra despejada, rvr! :-))
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