Comentaba en la primera parte que los aficionados son capaces de realizar buenas aportaciones a la ciencia y que los profesionales también están haciendo uso de material comercial para hacer descubrimientos. Por que en muchas ocasiones, lo importante no son tanto los medios sino la forma en que se utilizan.
El primero de los ejemplos que voy a mencionar fue una de las llaves que abrieron la puerta de uno de los mayores misterios de la astronomía reciente: las explosiones de rayos gamma, o Gamma Ray Bursts (GRB). En la década de los 60, los estadounidenses pusieron en órbita una serie de satélites para detectar la radiación gamma proveniente de pruebas nucleares. En los años 70, usando los datos de estos satélites, científicos estadounidenses concluyeron que buena parte de las supuestas "detonaciones" tenían su origen en el espacio. Pero ¿cuál era el origen de los eventos más violentos del Universo después de la Gran Explosión?
Los detectores de rayos gamma no eran capaces de precisar con exactitud las coordenadas. En 1991 se lanzó el Observatorio de Rayos Gamma Compton, que todavía con cierto margen de error era capaz de identificar la dirección de las explosiones. Su distribución era aleatoria, por lo que no parecía probable que se originaran en la Vía Láctea, sino en otras galaxias.
En febrero de 1997, otro satélite, el italo-germano BeppoSAX, fue capaz de apuntar rápidamente a la fuente de rayos gamma y enviar a Tierra su posición. El truco era observar la fuente no solo en gamma, sino también en rayos X, cuya longitud de onda permite mayor precisión. Las coordenadas se notificaron por Internet y 21 horas más tarde, utilizando el telescopio William Herschel (4,2 metros) situado en el Observatorio del Roque de los Muchachos (La Palma), se pudo observar por vez primera la contrapartida óptica de una explosión de rayos gamma, llamada GRB 970228. Sin embargo, los datos disponibles en aquella época fueron insuficientes para probar el origen de la explosión, algo que sí pudo medirse (mediante el desplazamiento al rojo) en otra explosión detectada dos meses después.
El 28 de abril de 1998, se detectó el GRB 980425. Como ya se ha comentado, a través de la contrapartida en rayos X, es posible determinar las coordenadas de las explosiones. La gran sorpresa de esta explosión fue que el 1 de mayo, un equipo de astrónomos descubrió una supernova en la galaxia ESO 184–G82: por vez primera los se tenían evidencias observacionales de que los GRBs y las supernovas estaban relacionados.
Así, llegamos a enero de 1999. El GRB 990123 fue detectada por el satélite Compton. La posición del GRB fue notificada y distribuida a través de Internet y de forma automática. Y en esta ocasión, el telescopio del proyecto ROTSE en Los Álamos (EEUU) apuntó rápidamente a las coordenadas tan solo 20 segundos después del aviso y observó una fuente que incrementaba rápidamente su brillo. El objeto llegó a magnitud 9, por lo que si alguien hubiera estado mirando hacia esa dirección, ¡hubiera podido observar el GRB con unos simples prismáticos!
Cuando leí acerca de esta detección, una de las cosas que me llamó la atención fue justamente el equipo utilizado por ROTSE. Se trata de cuatro objetivos fotográficos de 200 mm a f/1,8 acoplados a cuatro CCDs (cámaras digitales). Lo importante de este instrumental es que estaba totalmente automatizado y era capaz de apuntar rápidamente a cualquier zona del cielo.
Todas estos avances realizados en los 90 han ayudado muchísimo en desentrañar el misterio de los GRBs. Hoy en día, se sospecha que las explosiones de rayos gamma tienen dos orígenes: la explosión de supernovas o hipernovas (en cuyo caso, las vemos cuando los polos de las estrellas apuntan hacia nosotros); y la fusión de dos estrellas de neutrones.
En la próxima parte, continuaré explorando casos de uso de instrumental barato en la astronomía puntera.
rvr, necesito que me definas "bajo coste" porque 4 200mm f/1.8 no son lo que yo llamaría algo barato. Y sus respectivas 4 cámaras. Y todo coordinado por ordenata. Pase lo del Meade LXD75, pero esto... ;-)
Lo de las cuatro cámaras se redujeron luego a un solo telescopio en ROTSE, ya que la precisión con la se envíaban las coordenadas era alta. Digamos que entramos en el presupuesto de gama media-alta de los aficionados y ahí, 6000 euros no es tanto. Estamos hablando de que en lugar de construir telescopios de varios metros de diámetros están usando teleobjetivos... eso es barato, aunque no para una sola persona.
alianny, SÍ, corre la voz, un gran rayo gamma junto con el alpha (que lleva traje azul) vendran a la Tierra en dos semanas (Aprox. ya se sabe como estan los vuelos ultimamente...) y destruiran todo a su paso, así que estate preparado para el apocalipsis muuuhahahahhaah (risa siniestra)
En un futuro, no muy lejano, sabremos que:
Los agujeros negros no son eternos.
Todos los agujeros negros explotan.
Las explosiones cósmicas hacen parte del proceso cíclico del reciclaje energético: la gravedad concentra masa y las explosiones la dispersan e impulsan los movimientos inerciales y orbitales.
Las explosiones de rayos gama son también consecuencia de las explosiones de agujeros negros.
No existen realidades ni universos paralelos.
La realidad existe independientemente del sujeto observador.
Las partículas elementales vibran dentro y fuera de los átomos o giran alrededor del núcleo atómico como los electrones y cuando salen del átomo se desplazan con un movimiento compuesto, que combina de un lado su vibración o su giro con su desplazamiento, lo que da como resultado un movimiento ondulatorio, (es como estirar una espiral).
El universo crece a la velocidad de la luz.
La energía materia se reproduce.
La energía se crea y se recicla.
El tiempo es eterno.
El tiempo y el espacio son distintos.
No existen sino tres dimensiones espaciales.
El espacio es infinito, tridimensional e indeformable.
La energía oscura es la materia prima de la materia visible.
No existe la energía oscura.
El universo se expande aceleradamente porque gira sobre si mismo.
El fondo cósmico de microondas no es el eco del big-bang sino la energía degradada.
El Universo es mucho más grande de lo que siempre se ha creído.
El universo visible por nosotros es solo una parte del universo que emite radiaciones electromagnéticas.
Solo podemos detectar la radiación electromagnética que viene hacia nosotros, ya sea en forma directa o reflejada, y la cual es emitida por la materia conocida y nunca podremos tener información de la emisiones restantes, de las que viajan en sentido contrario, alejándose de nosotros a la velocidad de la luz y que también son universo, pero una gran parte del universo, de la que nunca podremos saber nada. Las emisiones electromagnéticas de la materia conocida se irradian tridimensionalmente por el espacio tridimensional e infinito.
No habrá ni muertes térmicas ni desgarres.
La velocidad de la luz no es constante ni en el vacio.
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