El pasado 13 nov 2007, la sonda Rosetta sobrevoló la Tierra. La sonda, construida por la Agencia Espacial Europea, tiene como destino final el estudio de un cometa. Para llegar a él con el menor coste posible, utilizó la gravedad de nuestro planeta como acelerador. Esta imagen la obtuvo la sonda dos horas antes de su máximo acercamiento a la Tierra y nos muestra cómo se ve la Tierra en su cara nocturna. Es una fotografía fascinante, compuesta de 4 imágenes diferentes, que muestran el creciente iluminado de la Tierra y ciudades del Hemisferio Norte. En la parte superior izquierda se pueden ver en el horizonte a Madrid, París y Londres; un poco más abajo y hacia el centro se distinguen las poblaciones que pueblan el curso del río Nilo, Israel e Iraq; en el centro podemos ver la India; y en la derecha, Japón, China y Taiwán. Hay otras muchas zonas sin iluminación.
Esta imagen nocturna nos muestran qué zonas del mundo están habitadas y cuáles no, pero también qué regiones del mundo están desarrolladas y cuáles luchan todavía por recursos para tener el lujo de leer cuando el sol se ha puesto tras el horizonte. Vemos cómo miles de millones de farolas en ciudades de todo el mundo emiten luz, además de hacia el suelo, hacia al espacio. En definitiva, además de ser una bonita postal, la imagen de la sonda Rosetta es un mapa de derroche energético.
«Es responsabilidad de los que poblamos actualmente nuestro pequeño mundo conseguir que éste siga siendo habitable por las generaciones venideras. Por dicho motivo, al acercarse las fiestas navideñas, en las que las calles y plazas de nuestras ciudades y pueblos se llenan de miles de luces deslumbrantes, constituyendo un auténtico despilfarro en términos energéticos y contribuyendo de forma significativa al incremento de las emisiones gaseosas de efecto invernadero a la atmósfera, consideramos de todo punto incoherente que se incurra en una práctica que contradice los principios básicos de la sostenibilidad ambiental y contribuye a agravar la preocupante situación del cambio climático.»
El problema de la contaminación luminosa no es solo navideño. Hay parques que permanecen más que generosamente iluminados durante toda la noche. Edificios, plazas y puentes iluminados con focos deslumbrantes. Farolas mal diseñadas que dispersan la luz hacia el cielo. Bombillas de bajo rendimiento... pero es obvio que en estas fiestas, el problema se agrava.
Al igual que exigimos coches de bajo consumo, debemos exigir políticas de buena iluminación que eviten emisiones contaminantes. Con buenas políticas, los ayuntamientos pueden ahorrarse hasta el 30% de la factura energética, y dedicarlo a otros menesteres. Si quieres poner tu grano de arena, en la página de la Asociación contra la Contaminación Luminosa celfosc encontrarás abundante información.
Gracias por enseñarnos la imagen. Y sÃ, deberÃamos empezar a gastar menos luz en los dichosos alumbrados navideños (a mà me gustan dentro de casa, pero no mucho fuera, y menos tal y como están ahora, gran cantidad de luz, toda la noche y durante casi dos meses...).
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