«Un estudio que afirma que nos estamos quedando sin ideas. El estudio, hecho por Alfred Huebner, y financiado, por alguna razón ignota, por la Navy americana, mide el número de nuevas patentes registradas desde finales del siglo XVIII, y concluye que el cambio del siglo XIX al XX fue la época con mayor innovación».
Otra medida puede ser la edad media de los Premios Nobel de ciencias, que cada vez son mayores: ¿se acabaron las ideas revolucionarias o los jóvenes revolucionarios? ;)
Algo similar me preguntaba este fin de semana. Mientras leía las páginas finales de Yo, Robot de Asimov, reflexionaba sobre las utopías tecnológicas que no fueron, y las que todavía no han llegado. En Yo, robot, por ejemplo, no parece que las telecomunicaciones jueguen un papel esencial, como sí lo hacen en nuestros días. La sociedad del futuro, con sus robots y naves, aunque inteligentes e hiperlumínicos, no parecen disfrutar de las comodidades de la Red, ni del Bluetooth, ni del wireless... o al menos, Asimov no da cuenta de ellas ;)
De este autor, los libros que más me han gustado han sido la serie de La Fundación, donde la ciencia de la psicohistoria -predicciones matemáticas del futuro de las sociedades- juega un papel esencial. El tablero de esta intriga abarca una extensión de tiempo enorme. Pero los cerebros positrónicos y las naves hiperlumínicas parecen esencialmente las mismas, o cambian muy poco. En nuestros días, sin embargo, aunque los cambios nos parecen lentos, van a ritmo vertiginoso: la genética, la física, las telecomunicaciones... están transformado las sociedades, y es de esperar que lo hagan aún más en las próximas décadas. Asuntos tan profundos como la inmortalidad, por ejemplo, no parecen lejos de plantearse. Y la reflexión era ¿refleja bien la ficción este ritmo de cambios? ¿Se detendrá, o desacelerará, en algún momento?
Yo creo que parte de la CF ha ido haciéndose cada vez más algo psicológico... más volcada hacia lo interior, la mente de los personajes... quizá sea una reacción frente a la época de la Space Opera xD
Hum...
Es el tema de moda. Hay quien dice que en este siglo sólo ha avanzado la tecnología, no la Ciencia. Desde la Mecánica Cuántica, pocas cosas nuevas. Por eso cada vez más los premios Nobel van a parar a físicos experimentales, que prueban teorías antiguas (estados condensados de la materia, partículas huidizas y cosas así, cuestiones predichas hace décadas).
Por otra parte, la CF no ha sido muy visionaria, precisamente. No sé si alguien predijo algo parecido a Internet, pero nadie soñaba que iba a ser así. Y, sin embargo, no hemos vuelto a la luna. De Marte ni hablamos.
Parece, mi querido rvr, que la noche que empezó a levantarse contra la humanidad en mayo de 1968 comienza a recoger sus frutos.
Nos entretenemos discutiendo contra charlatanes de feria, adminículos de entretenimiento neoliberal y no nos damos cuenta que el enemigo es más grande, sabio y poderoso.
El establishment posmodernista avanza sobre cada Universidad, sobre cada cátedra y no nos preocupamos seriamente.
Estos son los primeros indicios, cuando nos demos plena cuenta nos tendrá a todos espaldas al precipicio de la irracionalidad. Y ya será tarde. Caeremos en él porque no hicimos todo lo posible cuando aun podíamos.
Enrique: Bueno, creo que la crítica se hace a la segunda mitad del siglo XX. Lo he debatido mucho con un amigo y me resisto a creer que el mundo sea más estúpido que hace 50 años. No parece que la industria científica-universitaria promueva en exceso la búsqueda de nuevas ideas, sino la publicación masiva de papeles... y los becarios, lo que se les mande. ¿Será otro efecto colateral del precio de las viviendas? ;)
Claudio: Es cierto lo que cuentas sobre las garras posmodernas que acechan la universidad, pero en general ¿crees que la gente es más crédula que hace 30, 50 o 100 años? No estoy seguro.
Toma el diario Víctor y busca cuantas conferencias científicas se ofrecen y compárala con la cantidad de charlas posmo.
Observa la cantidad relativa de alumnos ingresantes a carreras científicas ¿están disminuyendo en España? Y tu sabes, si no hay ingresantes no habrá doctores.
Mi impresión es que la percepción del público hacia la ciencia y las tecnologías está empeorando por la acción directa del irracionalismo (a la que ahora se suma gripis, feministas radicales, etc.) Dentro de ese público incluyo, claro, a los políticos, que son quienes diseñan planes de estudio y promueven o se dejan presionar por la visión posmo (un ejemplo paralelo es el ID).
Lo de si la gente es más crédula ahora que antes... bueno, tu vives en España y yo en la Argentina. Seguramente nuestras opiniones serán divergentes. Mi visión no es nada alentadora al respecto.
Los premios nóbeles son siempre mayores, porque pasan alrededor de 20 años desde que hace alguien algo hasta que se reconoce; muchos podrían haberse concedido a título póstumo. Einstein tampoco era un jovenzuelo cuando se le conceció, y se hizo 20 años después de plantear el efecto fotoeléctrico.
Curiosamente la inteligencia artificial no ha avanzado como se predecía con los primeros éxitos; y en cambio otros muchos avances más mundanos no habían sido predichos.
Personalmente no entiendo la SF como una historia adornada con todo tipo de supercachivaches avanzadísimos, o descubrimientos alucinantes, sino como un marco de libertad de narración sólo limitada por las consecuencias de las premisas asumidas por el autor (aunque sean pura fantasía), para explorarnos a nosotros mismos. O sea, que una invasion marciana a la que ganamos en virtud del rayo XJ-15 que aparece en el último capítulo no es SF para mi, por divertida que sea.
En cuanto al progreso, parece claro que no es ni imparable ni constante, así que parece previsible que se desacelere, lo que no parece previsible es cuánto, ni cuando, aunque pienso que en este campo lo importante no es registrar inventos sino investigar; las aplicaciones prácticas requieren mucho más tiempo.
El estancamiento es parte de la burocracia. Si no hay cambios importantes, drásticos, como los ocurridos durante el siglo XX: miserias, guerras y nuevos miedos; parece que nuestra propia naturaleza es reacia a innovar.
Rememorando los libros de Asimov, si quieres verlo así, somos presa de nuestros propios muros invisibles, comodidad y estabilidad.
No creo que estemos en el final de la innovación. Tan sólo ha cambiado de rumbo y, en mi opinión, existe un redescubrimiento del hombre, un nuevo humanismo si lo quieres ver así. En este caso apoyado por la tecnología y el conocimiento que nos aporta.
Si dentro de 20 años los más ricos de EEUU no han cambiado, entonces es que efectivamente estamos parando la innovación.
disculpe prar ver si me puede dar mas imformacion hacerca de que papel juega la imformatica en cada unas de las carreras cientificas le agradesco su ayuda gracias.